miércoles, 11 de noviembre de 2009

Monografia entera de peron

Orígenes del peronismo
Durante la presidencia del general Farell se fue consolidando dentro del gobierno un sector nacionalista del Ejército, liderado por el coronel Juan Domingo Perón. Este sector planteaba la necesidad de un
desarrollo industrial independiente y la plena incorporación de los trabajadores en el sistema político.
Perón representaba a una línea más flexible y de mayor apertura ante los
problemas sociales. La nueva Secretaría de Trabajo y Previsión –creada por iniciativa del coronel Perón produjo cambios fundamentales respecto de los gobiernos anteriores, tendientes a establecer una relación más fluida con el movimiento obrero. Para lograr tal objetivo se sancionaron una serie de reformas en la legislación laboral. Las principales medidas fueron:
El Estatuto del Peón, que estableció un
salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales.
El establecimiento del
seguro social y la jubilación que benefició a 2 millones de personas.
La creación de Tribunales de Trabajo, cuyas sentencias, en líneas generales, resultaron favorables a las demandas obreras.
La fijación de mejoras salariales y el establecimiento del aguinaldo para todos los trabajadores.
El reconocimiento de la asociaciones profesionales, con lo cual el
sindicalismo obtuvo una mejora sustancial de su posición en el plano jurídico.
Las reformas continuaron en 1944. Estas reformas impulsadas por Perón trajeron como consecuencia un acercamiento político entre
el Estado y el movimiento obrero. El apoyo a estos cambios provino de diferentes sectores del sindicalismo. Una gran parte de los viejos obreros –nucleadas en los gremios conducidos por los sindicalistas revolucionarios y socialistas y la casi totalidad de los nuevos obreros –sin una alineación política definida se pronunciaron a favor de la nueva política social. Esto fue el inicio de la formación de un bloque social y político constituido por una gran parte de los trabajadores y sus organizaciones sindicales y un sector nacionalista del ejército.
Al mismo
tiempo que se iba constituyendo esta alianza, también crecía el descontento y la oposición de los terratenientes y de los grandes empresarios a la política social de Perón.
Los sectores oligárquicos que se beneficiaban del
modelo agrario exportador comenzaban a agrupar sus fuerzas para resistir la política de reformas sociales. También se convertiría en el germen de otro bloque social y político, que agrupó a los terratenientes, grandes empresarios y a los sectores medios.
Ante la profundización del enfrentamiento social entre las
organizaciones obreras y empresariales, se aceleró el acercamiento político entre Perón y el sindicalismo. Además, Perón iba ganando coda vez más poder dentro del gobierno, llegando a ejercer simultáneamente la Secretaría de Trabajo, el Ministerio de Guerra y la Vicepresidencia.

El primer gobierno de Perón
La
justicia social:
La
planificación económica del Estado procuró una mayor justicia social, a partir de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y alentar el desarrollo industrial reclamado por los empresarios. La política económica procuró una redistribución de la riqueza, ya que elevó el poder adquisitivo de los trabajadores, aumentando el nivel de empleo y los salarios.
La participación del sector asalariado (obrero-industrial) en la
distribución del ingreso nacional creció entre 1944 y 1950, del 44,8% al 58%. Los salarios experimentaron un notable aumento, por lo que los trabajadores vieron crecer espectacularmente su nivel de vida. En 1944-1945, algunos sectores empresariales habían resistido a los aumentos de sueldo impuestos por Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, e incluso realizaron protestas en 1946. Pero a los pocos años advirtieron que esta nueva situación económica generaba un aumento en las ventas de sus productos y ampliaba el mercado interno.
Al mismo
tiempo que se producían las transformaciones económicas, desde el Estado se impulsó una amplia legislación social que contribuyó al mejoramiento de las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores. Así, se estableció el control estatal de los precios de los alquileres, se otorgaron nuevas viviendas a partir de planes populares de financiación, y se mejoraron las inversiones en salud y educación.

LA CREACION DEL PARTIDO PERONISTA
Juan Domingo Perón fue un
político y militar argentino, creador del movimiento peronista.
Se destacó por su labor en el Departamento Nacional de Trabajo (luego elevado a la categoría de secretaría de rango
ministerial), al que accedió durante la presidencia de facto del General Pedro Pablo Ramírez, y en el cual tomó numerosas medidas que favorecieron a los sectores obreros. Aunque dichas medidas lo hicieron popular entre la clase trabajadora, le granjearon la oposición de numerosos sectores que, dirigidos por el embajador estadounidense Spruille Braden, se nuclearon en un frente antiperonista. En ese período fue designado también Vicepresidente de la Nación y Ministro de Guerra. Perón fue destituido por un golpe de estado y encarcelado en la isla Martín García, pero fue liberado luego de una gran movilización obrera a la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945.
Fue elegido
Presidente de la Nación Argentina en tres ocasiones. La primera fue en las elecciones del 24 de febrero de 1946, para el periodo 19461952; la segunda al ser reelegido en las elecciones del 11 de noviembre de 1951 para el período 19521958, que no alcanzó a completar debido al golpe militar que lo derrocó el 16 de septiembre de 1955. Finalmente, tras 18 años de exilio, regresó al país y fue elegido por tercera vez presidente el 23 de septiembre de 1973 para el periodo 1973-1979, que no pudo completar a causa de su fallecimiento.
Murió el
1 de julio de 1974 en ejercicio de la presidencia, sucediéndolo su viuda María Estela Martínez de Perón, quien había sido elegida como vicepresidenta.
Inicios de Perón en el nuevo gobierno
Perón se desempeñó como secretario privado del Ministro de Ejército, a las órdenes del general
Edelmiro Farrell.
El poder y la influencia creciente de Perón dentro del gobierno militar provino de su
alianza con un sector del sindicalismo argentino, principalmente con las corrientes sindicales socialista y sindicalista revolucionaria. Producido el golpe, un sector del movimiento obrero, principalmente el socialista de la CGT Nº1, a través del dirigente mercantil socialista Ángel Borlenghi y el abogado ferroviario también socialista Juan Atilio Bramuglia, decidió entablar contacto con los coroneles Perón y Domingo Mercante. Las conversaciones establecieron una alianza inicial de sanción de leyes laborales reclamadas largamente por el movimiento obrero, fortalecimiento de los sindicatos y del organismo estatal que regulaba las relaciones laborales.
El plan elaborado entre Perón y Mercante y los sindicatos incluía acceder al por entonces poco influyente Departamento Nacional de Trabajo. Perón maniobró dentro del gobierno para que se lo designara al frente de esa repartición y aprovechando el cierre del Congreso Nacional, puso en vigencia por decreto un gran número de leyes de corte social que desde décadas habían sido presentadas por los diputados socialistas (siendo el más renombrado de ellos
Alfredo Palacios) en el parlamento argentino y eran sumariamente vetadas por las mayorías conservadoras. La sanción de tales medidas le valió hacerse de poderosos enemigos entre los industriales, ganaderos y comerciantes, pese a que su objetivo era la concertación corporativa para evitar la amenaza comunista. En tal sentido, Perón desdeñaba las insuficiencias de la democracia liberal y la partidocracia (Giusiani). Sin embargo la posición de Perón dentro del gobierno militar, lejos de debilitarse, se fortaleció gracias al apoyo de un creciente número de sindicatos que apoyaban su gestión que, a su vez, iban tomando conciencia de su verdadero poder como factor de presión pública.
Poco después obtuvo que el Departamento de Trabajo fuera elevado al rango de Secretaría de Trabajo. Con el apoyo de una parte importante del movimiento obrero, empezó a desarrollar gran parte del programa sindical histórico: se crearon los tribunales de trabajo; se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores; más de dos millones de personas fueron beneficiadas con la jubilación; se sancionó el
Estatuto del Peón de Campo y el Estatuto del Periodista; se creó el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios; se prohibieron las agencias privadas de colocaciones y se crearon Escuelas Técnicas orientadas a obreros. En 1944 se firmaron 123 convenios colectivos que alcanzaban a más de 1.400.000 obreros y empleados y en 1945 otros 347 para 2.186.868 trabajadores.
En ese marco los sindicatos comenzaron un período de gran crecimiento, y lo que fue aún más decisivo, comenzaron a afiliar masivamente a los "nuevos" trabajadores, los que estaban migrando masivamente a la ciudad desde el interior del país y países limítrofes, que eran llamados "morochos", "grasas" y "
cabecitas negras" por las clases medias y altas, y los propios trabajadores "viejos" descendientes de la inmigración europea.
Poco después algunos sindicatos (especialmente los de ideología anarquista y comunista) que se habían mantenido alejados, la
CGT Nº1, la USA y los gremios autónomos, comienzan a unificarse en torno de la Secretaría de Trabajo. Pero en sentido contrario, en setiembre de 1945, cuatro importantes sindicatos se separan de la CGT: La Fraternidad, la Unión Obrera Textil, la Confederación de Empleados de Comercio y el Sindicato del Calzado. Frente a los dirigentes sindicales y sindicatos que no apoyaban la alianza sindical con Perón y Mercante, se impulsó una política de sindicatos paralelos. La respuesta de Perón y de su colaborador Domingo Mercante a tal desafío se tradujo en otorgar mayores beneficios a los sindicatos que los apoyaban y quitarle personería jurídica a los gremios opositores, lo que implicaba paradójicamente una seria violación a los derechos del trabajador.
Pero la estrategia de Perón para acumular poder no se limitaba a establecer alianzas con el movimiento obrero sino que se extendía también a los partidos políticos, la Iglesia Católica y las Fuerzas Armadas.
El avance de la figura de Perón dentro del gobierno militar y su estrecha alianza con los sindicatos obreros generó inmediatamente una fuerte oposición tanto dentro como fuera de las Fuerzas Armadas, especialmente en las clases medias y altas. En 1945, la embajada de
Estados Unidos dirigida por Braden promovió la unificación de las fuerzas opositoras, hasta conformar un gran movimiento anti-peronista que incluyó a los partidos Comunista, Socialista, Unión Cívica Radical, Demócrata Progresista, Conservador, la Federación Universitaria Argentina (FUA), la Sociedad Rural (terratenientes), la Unión Industrial (grandes empresas), la Bolsa de Comercio, y los sindicatos opositores. Durante su breve gestión como embajador, y valiéndose de un excelente dominio del idioma castellano, Braden actuó como un líder político de la oposición, en una evidente violación del principio de no intervención en los asuntos internos de un país extranjero. A través de la conformación de un frente de oposición, Braden estaba seguro de destruir a quien presentaba como "el Hitler del mañana". Entre otras acciones, Braden propició en 1946, pocos días antes de las elecciones, la publicación de un informe denominado "El Libro Azul" en el cual se solicitaba la invasión militar de Argentina acusando a integrantes del gobierno de colaborar con las potencias del Eje, de acuerdo a documentos recopilados por el Departamento de Estado estadounidense. En sintonía con la publicación de este libro, los partidos políticos que sostenían la candidatura presidencial de Perón, publicaron un libro de respuesta que se tituló "El Libro Azul y Blanco" que instaló hábilmente la consigna Braden o Perón. Pocos días después Perón ganó las elecciones presidenciales con un 56% de los votos.
Las primeras manifestaciones masivas anti-peronistas fueron organizadas por el movimiento estudiantil, bajo el lema de "abajo la dictadura de las alpargatas".[] Las manifestaciones obreras que apoyaban las leyes laborales que iba promoviendo Perón, contestaban "alpargatas sí, libros no"[]
La tensión política iba en aumento con frecuentes bataholas entre los bandos en conflicto. Esta situación fue la excusa utilizada por la facción del Ejército Argentino, contraria a Perón, para presionar al Presidente Farrell y obtener el desplazamiento definitivo del coronel. Farrell, se inclinó por quitarle el apoyo a Perón y permitir el ascenso del grupo militar antagónico, encabezado por el General Ávalos. Pidió y obtuvo de Perón la renuncia a todos sus puestos el
9 de octubre de 1945 y, para mayor seguridad, decidió su encarcelamiento en la Isla Martín García. Al conocer la noticia del destino de Perón, los sindicatos comenzaron a movilizarse, temiendo que el alejamiento de su líder derivara en la eliminación de todos los beneficios sociales obtenidos. Finalmente el 17 de octubre de 1945 la histórica Plaza de Mayo fue colmada por una muchedumbre que reclamaba el regreso de Perón y su restitución en todos sus puestos públicos. La indecisión del gobierno precipitó el triunfo de los partidarios de Perón, quien hizo su regreso triunfal ese mismo día. Desde el balcón de la Casa de Gobierno, y acompañado por Farrell, anunció la creación de un nuevo gobierno compuesto por partidarios suyos y su lanzamiento como candidato a las elecciones que tendrían lugar en febrero de 1946.
Primer período (1946–1952)
El apoyo popular, organizado por el
Partido Laborista y la UCR Junta Renovadora, le dio la presidencia con el 53% de votos en las elecciones del 24 de febrero de 1946, ganando en todas las provincias menos en Corrientes.
Desde la presidencia, Perón continuó con las políticas sociales que beneficiaron tanto a la clase trabajadora como al empresariado nacional, sobre todo
industrial. Luego del triunfo electoral disolvió los tres partidos que se habían creado para sostener su candidatura, Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y el Partido Independiente, para unificarlos en una sola organización política, llamada primero Partido Único de la Revolución y luego simplemente Peronista o Justicialista. Expandió enormemente la agremiación de los trabajadores en sindicatos que respondían a la corriente laborista y ayudó a establecer el predominio de la Confederación General del Trabajo (CGT) como central unitaria. Cipriano Reyes, quién se negó a aceptar la disolución del Partido Laborista del que era su presidente, sufrió un atentado contra en el que resultó asesinado su chofer. Más tarde fue encarcelado acusado de planear el asesinato de Perón, hasta el fin del gobierno peronista.
Política económica
Durante el gobierno de Perón se profundizó la política de sustitución de importaciones mediante el desarrollo de la industria liviana que se venía impulsando desde la década anterior. Perón también invirtió fuertemente en la agricultura, especialmente en la siembra de trigo.
Ante la falta de divisas, producto del estancamiento del sector primario, con las que se importaban los bienes de capital e insumos necesarios para el proceso de industrialización, se optó por la nacionalización del comercio exterior mediante la creación del
IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio). Éste le permitió al Estado obtener recursos que utilizó para redistribuir hacia la industria. Dicho intercambio intersectorial del sector agrario a la industria, provocó el enojo de la oligarquía terrateniente, ya que el Estado le compraba a los productores por precios devaluados.
En
1947 anunció un Plan Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas, y comenzar con la industria pesada (siderurgia y generación de energía eléctrica en San Nicolás y en Jujuy).Perón firmando la escritura por la cual todos los ferrocarriles pasaron a manos del Estado.
En el área del desarrollo de la ciencia y tecnología, en
1948, Perón anunció un proyecto de desarrollo de energía de fusión nuclear. Las instalaciones para el proyecto secreto ocuparon la Isla Huemul en el Lago Nahuel Huapi. El proyecto estuvo a cargo de Ronald Richter, un físico austriaco recomendado por el ingeniero Kurt Tank, quien esperaba utilizar los hallazgos de Richter en los aviones a reacción que estaba desarrollando en el Proyecto Pulqui II.
En
1951 el gobierno argentino anunció que el proyecto de Richter había tenido éxito y que Argentina sería el primer país del mundo en producir energía de fusión nuclear. Sin embargo, ante la falta de pruebas por parte del Proyecto Huemul, Perón designó en 1952 a una comisión de científicos para investigar las actividades de Richter, integrada por José Antonio Balseiro y Mario Báncora que informaron al gobierno que el proyecto había sido un fraude. Luego de ello, las instalaciones del Proyecto Huemul fueron transferidas por Perón al Centro Atómico Bariloche (CAB) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y al Instituto de Física de la Universidad Nacional de Cuyo que más tarde tomaría el nombre de Instituto Balseiro (IB).[]
Cuando Perón asumió el gobierno muy pocos periódicos lo apoyaban: Democracia, El Laborista y La Época. Pronto comenzaron las medidas más variadas para combatir a los medios opositores. En primer lugar la provisión de papel de diario, que era totalmente importado, que era distribuido por el gobierno fijando cuotas sumamente reducidas para los medios hostiles, en segundo término la utilización de la prohibición de enviar determinados diarios por correo, también los frecuentes procesos por desacato contra los editores y directores de periódicos críticos, también las numerosas clausuras de medios de prensa desafectos con el gobierno y finalmente la expropiación lisa y llana con entrega posterior a administraciones adictas como ocurrió con los diarios
La Prensa y La Nueva Provincia de Bahía Blanca. Michel Torino propietario del diario El Intransigente de Salta fue acusado de desacato y estuvo varios años preso.[]
En forma paralela el gobierno aplicando una combinación de presiones -tanto oficiales como sindicales []y beneficios fue adquiriendo en forma directa o a través de testaferros periódicos, revistas y estaciones de radio. Así, por ejemplo, compró los periódicos Democracia, La Razón, Crítica y Noticias Gráficas, el conglomerado Haynes que reunía al diario El Mundo y la radio del mismo nombre así como revistas de diverso tipo, pero estas adquisiciones se mantenían en reserva sin dejarlas trascender al público.[ ]Al finalizar el gobierno de Perón sólo dos periódicos de circulación nacional -La Nación y
Clarín no pertenecían al Estado quien, por otra parte, controlaba la totalidad de las radios a las que la ley 14.241 había agrupado en cuatro cadenas.[33]
Actos de violencia
En el marco del enfrentamiento frontal entre peronistas y
antiperonistas, durante el gobierno de Perón se produjeron algunas violaciones de derechos humanos debido a la persecución de opositores -en especial de comunistas-.[] En este sentido, el organismo más cuestionado utilizado por el gobierno peronista, fue la Sección Especial de la Policía Federal, que aplicaba sistemáticamente la tortura contra los opositores.[] []
Por su parte, la oposición lideró actos
terroristas y movimientos golpistas; entre ellos, los más cuestionados fueron algunos sectores de la Marina de Guerra y los llamados "comandos civiles" o "comandos de hierro", que causaron con sus acciones la muerte de cientos de civiles.
Uno de los primeros atentados fue sufrido en
1947 por el dirigente sindical y diputado nacional Cipriano Reyes (1906-2001), integrante inicialmente del bloque peronista pero opuesto a la decisión de Perón de disolver el Partido Laborista junto a los otros dos partidos que habían sostenido su candidatura en 1946, para crear un único partido peronista. En el atentado murió el chofer de Reyes y él mismo resultó herido. Poco después, Cipriano Reyes y otros dirigentes laboristas, fueron detenidos bajo la acusación de estar planeando el asesinato de Eva Perón. Los detenidos fueron severamente torturados por la Policía Federal y condenados en un proceso en el que no se respetaron la garantías de los acusados.[] Otros opositores que sufrieron tortura fueron los militantes universitarios Ernesto Mario Bravo y Luis Vila Ayres, comunista el primero y socialista el segundo, y el abogado radical Juan Ovidio Zavala. En 1949, en el marco de una huelga de trabajadores del azúcar en Tucumán fue detenido y torturado por la policía en los sótanos de la Casa de Gobierno de Tucumán hasta resultar muerto, el sindicalista Carlos Aguirre.[]
El
15 de abril de 1953 un comando civil realizó un atentado terrorista en la Plaza de Mayo haciendo estallar dos bombas durante una manifestación sindical organizada por la CGT, que asesinó a 5 trabajadores y dejó más de 90 heridas.
Con posterioridad sufrieron torturas el radical
Roque Carranza -Ministro de Defensa en 1983- y el demócrata progresista Carlos Alberto González Dogliotti -ambos responsables del atentado en Plaza de Mayo-, así como Yolanda J. V. de Uzal y los hermanos María Teresa y Jorge Alfredo González Dogliotti.
El
16 de junio de 1955 un grupo de civiles y militares, entre los cuales se encontraba el dirigente radical Miguel Ángel Zavala Ortiz, intentó un golpe de estado que finalizó en el fracaso. En el curso del mismo, los golpistas ordenaron bombardear la Plaza de Mayo, causando la muerte de 364 civiles y más de 800 heridos. El hecho es conocido como el bombardeo de Plaza de Mayo y es una de las masacres más graves de la historia argentina.
Al día siguiente, el
17 de junio de 1955, la policía de la ciudad de Rosario detuvo sin orden judicial a Juan Ingalinella, médico y dirigente del Partido Comunista Argentino (PCA). Ingalinella fue torturado hasta causarle la muerte y su cuerpo fue hecho desaparecer.
El gobierno de Perón se caracterizó por un agudo conflicto entre peronistas y
anti-peronistas: los oficialistas acusaban a los anti-peronistas de participar en complots, actos terroristas e intentos de golpes de estado[46] por su parte el anti-peronismo acusaba el proceder autoritario del gobierno, el control de los medios de comunicación y las acciones represivas.
El conflicto concluyó con el derrocamiento de Perón y la instauración de la
dictadura militar denominada como Revolución Libertadora, la cual era apoyada por los sectores anti-peronistas. Al poco tiempo de instaurada, el peronismo fue proscripto y sus simpatizantes perseguidos, torturados y asesinados. Uno de los casos más claro fueron los Fusilamientos de José León Suárez, que dejó como saldo final la muerte de 18 militares y 13 civiles ejecutados sin juicio previo. La Revolución Libertadora también ilegalizó al Partido Comunista, el cual — pese a a la fuerte orientación anticomunista de su gobierno — había sido legal en la época de Perón.
Política exterior
La misión que había realizado Perón en Europa así como su formación profesional hacían que las relaciones exteriores ocuparan un lugar importante en sus preocupaciones de gobierno. Opinaba que en la postguerra Argentina tenía una posición privilegiada en su carácter de gran productora de alimentos en un mundo que los requería en abundancia, lo que le significaba una oportunidad que el país debía aprovechar. Por otra parte, consideraba inevitable que en un futuro no lejano ocurriera otro conflicto bélico de magnitud lo que, en caso de acaecer, tornaría su posición aún más ventajosa.
Las simpatías filonazis de algunos integrantes del gobierno surgido del golpe de Estado de 1943, sobre todo en su primera etapa, así como el mantenimiento de la posición de neutralidad del país ante el conflicto mundial había provocado mucha desconfianza en los países aliados y, sobre todo, en la prensa y en algunos funcionarios de los Estados Unidos, que no fue disipada por la tardía declaración de guerra al Eje, decisión por la que había abogado el Coronel Perón como Vicepresidente de la Nación. Esto había llevado a una situación de relativo aislamiento diplomático al punto que la falta de reconocimiento del presidente Farrell impidió que el país estuviera representado en la Conferencia Interamericana que culminó con el
Acta de Chapultepec en 1945. Al asumir Perón la Presidencia se lo se lo siguió identificando con esa del gobierno que lo precediera.
El primer Ministro de Relaciones Exteriores que designó Perón fue el abogado laboralista de formación socialista
Juan Atilio Bramuglia y la primera misión que le encargó fue la reinserción de Argentina en el mundo.
Perón a poco de asumir envió al Congreso para su tratamiento las
Actas de Chapultepec y la de creación de la Organización de las Naciones Unidas. Si bien en el mensaje que las acompañaba no explicitaba su posición, dio instrucciones concretas y reservadas a los legisladores para que fueran aprobadas y además el canciller concurrió al Congreso para defenderlas.
Entre ruidosas manifestaciones de sectores nacionalistas que se oponían a las adhesiones el Senado aprobó la ratificación por unanimidad. En la Cámara de Diputados había dentro de los dos bloques había quienes sostenían posiciones distintas que, incluso, podían llegar a provocar alejamientos.
Con distintos matices buena parte de los diputados de la oposición opinaba en contra de la adhesión con objeciones que para Félix Luna eran muestra del asombroso "irrealismo de los opositores" y de que "la marca de un nacionalismo sin concesiones había impreso profundamente su ideología". Algunas de las expresiones de los diputados
Arturo Frondizi, Luis Dellepiane y Ernesto Sanmartino se refirieron a la ONU como "un edificio que se derrumba" (Dellepiane), decían que quedaban en poder de gobiernos extranjeros "nuestras decisiones de guerra y paz, nuestros recursos económicos y hasta el valor de nuestra moneda" (Dellepiane) o afirmaban que con las Actas "podrían llegar a destruirse la formación, no solamente de una conciencia nacional, sino también la formación del país desde los puntos de vista económico, financiero, militar y cultural" (Frondizi).
En el momento de la votación los opositores se abstuvieron para evitar que se hicieran evidentes sus diferencias internas y los peronistas aprobaron la adhesión con la oposición de siete de sus miembros.
La valoración de Estados Unidos respecto del gobierno de Perón comenzó a cambiar ayudada por la salida del Departamento de Estado de funcionarios que se habían manifestado más críticos y el 3 de junio de 1947 en un gesto sin precedentes el presidente
Truman invitó al embajador argentino que era el Dr. Oscar Ivanissevich a concurrir a la Casa Blanca donde departió amablemente con la visible ausencia de Braden que dos días después renunciaba.
En forma inmediata y contando con el beneplácito de Estados Unidos el gobierno argentino anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con la
Unión Soviética y a continuación inició tratativas comerciales y cerró acuerdos comerciales con Rumania, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia y Hungría.
El 6 de julio del mismo año Perón en un discurso exponía los principios de la Tercera Posición entre
capitalismo y socialismo, mediante la cual se daba a entender que en la naciente Guerra Fría la Argentina no se alinearía de forma automática ni con Estados Unidos ni con la Unión Soviética.
En 1948 la tensión entre los ex Aliados subió al máximo cuando la Unión Soviética bloqueó la comunicación por tierra de la zona de
Berlín ocupada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia dejándole solamente la vía por aire. Al llegar la cuestión en el mes de octubre al Consejo de Seguridad de la ONU el representante de Estados Unidos que ejercía la Presidencia debió dejar el cargo por estar involucrado y lo asumió la representación argentina que por indicación de Perón fue asumida directamente por el canciller Bramuglia cuya activa gestión mediadora recibió comentarios elogiosos de los diplomáticos extranjeros.
José Paradiso considera sobre la política exterior del gobierno peronista que: {{cita"En ocasiones ella ha sido considerada una gran responsable de las desventuras argentinas posteriores, otras veces como la expresión de un razonable pragmatismo cuando no como la otra de un sagaz visionario. Probablemente ninguna de estas versiones sea la correcta, aunque cada una de ellas puede reclamar para sí una parte de la verdad"
[50] Al mismo tiempo, aún despierta controversias entre los historiadores la acogida en la Argentina de nazis prófugos durante y después de la Segunda Guerra Mundial.[51]
Igualdad entre hombres y mujeres
Durante el primer gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta al reconocimiento de los derechos de la mujer. Se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales como también el voto femenino, que había sido aprobado en
1947, y que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina.
El sufragio femenino
En
1947, se sancionó la ley reconociendo a todas las mujeres mayores de 18 años el derecho a votar y ser votadas (sufragio femenino), existiendo recién entonces sufragio universal en la Argentina. El derecho ya había sido reconocido en San Juan por la reforma constitucional de 1927. A nivel nacional, el derecho al voto venía siendo reclamado por las mujeres desde 1907, cuando Alicia Moreau y otras mujeres fundaron el Comité Pro Sufragio Femenino. Sin embargo ni la Unión Cívica Radical ni los conservadores apoyaron institucionalmente el reclamo y los proyectos presentados fueron sistemáticamente rechazados.
Sin embargo las resistencias al sufragio femenino no estaban ausentes tampoco en el peronismo. En ese sentido
Eva Perón (Evita) jugó un papel importante. Luego del 17 de octubre de 1945, a propuesta de Evita, Perón desde su cargo de Vicepresidente, intentó sancionar la ley del voto femenino. Sin embargo las resistencias tanto dentro de las Fuerzas Armadas en el gobierno, como de la oposición, que alegaba intenciones electoralistas, frustraron el intento.[52] También influyó el hecho de que la influencia de Evita dentro del peronismo era relativamente débil antes del 24 de febrero de 1946.[53]
Luego de las elecciones de 1946, Evita comenzó a hacer abierta campaña por el voto femenino, a través de mitines de mujeres y discursos radiales, al mismo tiempo que su influencia dentro del peronismo crecía. El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el gobierno constitucional (1 de mayo de 1946). A pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar lugar a discusiones, el Senado recién dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946, y hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados sancionara el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.[]
Igualdad jurídica en el matrimonio y la patria potestad
La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la
patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 (II.1) de la Constitución de 1949. El texto fue directamente escrito por Eva Perón. En 1955 la Constitución fue derogada, y con ella la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la mujer. La reforma constitucional de 1957 tampoco reincorporó esta garantía constitucional, y la mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta que se sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Reformas sociales
Entre otras reformas sociales y políticas, durante su primer gobierno Perón derogó la ley que establecía la discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos, y compró a nombre del estado, de capitales extranjeros, en su mayoría Ingleses, los ferrocarriles creando la empresa
Ferrocarriles Argentinos (1948). Se estableció el monopolio estatal del comercio exterior mediante el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) y se desarrolló un amplio plan de viviendas para trabajadores. En 1951 comenzó a transmitir LR3 Televisión Radio Belgrano, actualmente llamado Canal 7.
Durante el primer gobierno peronista "el componente salarial del ingreso nacional superó, por primera vez en la historia, a la retribución obtenida en concepto de ganancias, intereses y renta de la tierra. En 1948 aquel ascendía a 53% contra 47% de éste, lo que se comparaba favorablemente con la situación imperante sólo un lustro atrás, cuando los trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas recibían 55,6%".
Reforma constitucional
Asimismo durante el primer gobierno de Perón se reformó la
Constitución Nacional en 1949 incorporándose los derechos laborales y sociales (Art. 37) que caracterizaron al constitucionalismo social y las bases jurídicas para expropiar grandes empresas monopólicas (Art. 40). Al mismo tiempo se establecía la reelección presidencial indefinida (Art. 78). Esta Constitución sería derogada por una proclama del régimen militar que derrocó al gobierno peronista.
Matrimonio
Perón, viudo de
Aurelia Eugenia Tizón, durante el matrimonio con ésta, supuestamente fue padre de Martha Holgado en una de sus relaciones extramatrimoniales, aunque los resultados de las pruebas de ADN negaron tal filiación. Luego se casó con la actriz María Eva Duarte (19191952) el 22 de octubre de 1945 en Junín, pocos días después del 17 de octubre. Conocida como Evita, Eva Perón colaboró en la gestión de su esposo con una política de ayuda social y apoyo a los derechos políticos de la mujer, a la que se concedió por primera vez el derecho al voto. Después de una reforma de la Constitución en 1949, Perón ganó la reelección en 1951. El 26 de julio de 1952 Evita murió después de una larga lucha contra el cáncer uterino.
En
1960 se casó con María Estela Martínez, conocida como Isabelita. Ella acompañó a Perón como vicepresidente en las elecciones de 1973, donde obtuvieron más del 60% de los votos. Al morir Perón el 1 de julio de 1974, Martínez asumió la presidencia, siendo derrocada el 24 de marzo de 1976 por un golpe militar.

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